Posiblemente, en alguna ocasión en la que os hayáis encontrado observados por alguien habréis reaccionado espetando frases como: ¿es que tengo monos en la cara o qué? o ¿acaso tengo monos en la cara?
Al contrario de lo que muchas personas creen, los ‘monos’ al que hace referencia la expresión nada tienen que ver con los primates, debido a que en su origen el término utilizado en la frase era ‘momos’ (tener momos en la cara) y cuyo significado es tener/poner gesto, figura o mofa que se ejecuta regularmente para divertir en juegos, mojigangas y danzas (tal y como nos indica el Diccionario de la RAE).
La palabra momos proviene de la Mitología Griega y se refiere a Momo, Dios del sarcasmo, la burla y las bromas.
De ahí que a aquel que tenía/ponía cara chistosa se le decía que tenía momos en la cara.
Todo parece indicar que con el transcurrir de los siglos y la popularización de la expresión, la palabra momos (ampliamente desconocida para la mayoría de personas) se transformó en monos (más cotidiana y de uso común), cambiando la frase a tal y como la conocemos actualmente: ‘tener monos en la cara’.
Durante los carnavales muchos son los grupos y comparsas que le rinden homenaje al Dios Momo.
Fuentes de consulta: ‘Hablar bien no cuesta tanto’, Pancracio Celdrán Gomariz / Wikipedia / RAE
No hay comentarios:
Publicar un comentario